¿Alguna vez te has planteado la idea de un puente flotante? Puede ser que nunca se te haya pasado por la cabeza pero se trata de una solución que ya se empleaba en la Edad Media e incluso antes. A diferencia de los puentes tradicionales, los cuales trasmiten su carga directamente al terreno de una u otra forma, los puentes flotantes se apoyan sobre la superficie del agua gracias a elementos flotantes. Pero, ¿de verdad se construyen puentes así? ¿Quieres conocer los mas espectaculares?
Pero antes de comenzar este «Top 5 Puentes Flotantes Más Largos del Mundo» te dejo una preguntilla para que investigues si te apetece 🙂 ¿Sabes cuál es el puente de la imagen que encabeza esta entrada? Déjame un comentario si sabes la respuesta.
Ahora sí, ¡empezamos!
5- Homer M. Hadley Memorial Bridge
Situado en la ciudad estadounidense de Seattle, Washington, el puente conmemorativo de Homer M. Hadley es el quinto puente flotante más largo del mundo con 1772 metros de longitud sobre las aguas del Lago Washington. Fue construido en 1989 y es paralelo al Lacey V. Murrow Memorial Bridge (del que hablaremos posteriormente). El puente consta de 5 carriles de los cuales dos son reversibles, debido a las distintas intensidades que circulan en uno y otro sentido a lo largo del día, y que solo pueden usar los vehículos de alta ocupación y los que tengan como origen o destino la Isla Mercer, al este de Seattle

4- Demerara Harbour Bridge
En cuarto lugar encontramos el puente flotante del Puerto de Demerara (1978). Este puente tiene una longitud de 1851 metros y cruza el río Demerara a 6.4 km al sur de la capital Georgetown, Guyana. Su sección elevada sobre la superficie del agua permite el paso de pequeños barcos por prácticamente cualquier punto del puente, mientras que las embarcaciones de mayor tamaño deben atravesarlo por su zona central, más elevada que el resto del puente.
3- Hood Canal Bridge
El puente flotante del canal Hood, denominado oficialmente como Puente de William A. Bugge, conecta las pensinsulas de Olimpia y Kitsap, también en Washington. Con una longitud de 2398 metros de longitud, de los cuales 1988 «flotan» sobre el agua del canal, es el tercer puente flotante más largo del mundo y el más largo sobre agua salada.
Inaugurado en 1961, fue el segundo puente flotante de hormigón que se construyo en el estado y desde entonces se ha convertido en una vía de comunicación vital para los residentes de la zona, trabajadores y turistas.
2- Lacey V. Murrow Memorial Bridge
El puente conmemorativo de Lacey V. Murrow es el segundo puente flotante más largo del mundo con 2020 metros de longitud, solo por detrás del puente del Gobernador Albert D. Rossellini, y uno de los más antiguos. Construido en 1940 supuso la primera conexión entre Seattle e Isla Mercer ( y ya es el tercero en Washington :O). Esta conexión se completaría 50 años después con el puente conmemorativo, paralelo y también flotante, de Homer M. Hadley del que ya hemos hablado.
1- Governor Albert D. Rossellini Bridge
Y llegamos a mi preferido desde que hace unos años los conociera gracias a un artículo genial de los compañeros de «Fieras de la Ingeniería». También conocido como SR 520 Bridge, este espectacular puente flotante de 4750 metros de longitud, de los cuales 2310 son «realmente flotantes», se encuentra en el estado de Washington (ya en serio, que alguien me explique esta fijación por los puentes flotantes que tienen en este estado). Desde luego, las imágenes del puente durante una tormenta son sobrecogedoras. Si quieras saber más, échale un vistazo a este completo artículo.
¿Qué te ha parecido este top? ¿Conocías estos puentes? Desde luego son muy distintos a los que estamos más acostumbrados a ver. Si te ha gustado, compártelo. Y si sabes por qué la mayoría de estos puentes están en Washington no dudes en dejarme un comentario. Me mata la curiosidad. 😉
Hola Eduardo. Comentarios como el tuyo son los que me dejan con la boca abierta. Veo que sabes muy bien de lo que hablas 🙂 Sin duda se trata del puente de Nordhordland, menudo ojo tienes jeje. En cuanto al tema de Seattle, desde luego lo que dices tiene todo el sentido del mundo. Gracias por aclararlo!!!
En cuanto al puente que me comentas (ojala pueda participar en alguno como ese) me parece una pasada, como casi todos los puentes de este estilo. Había pensado en hacer una galería al final de este post en plan «Otros puentes flotantes» y poner fotos de puentes como el de la Reina Emma o el propio Nordhordland, que aunque no son tan largos, son muy interesantes y chulos.
Un saludo y espero verte otra vez por aquí. 😉
Muy buen blog Angel, lo acabo de descubrir. Si no te importa, un par de comentarios adicionales a lo que explicas sobre este tipo de puentes.
La fotografía que abre el hilo es del puente de Nordhordland, parte puente atirantado y parte puente flotante (http://en.wikipedia.org/wiki/Nordhordland_Bridge). Está diseñado por Aas Jacobsen, una firma noruega que también ha diseñado otros puentes flotantes, entre ellos el puente William R. Bennett en Kelowa. Proyecto en el que tube la suerte de trabajar (http://en.wikipedia.org/wiki/William_R._Bennett_Bridge) aunque no se encuentre entre los 5 mas largos.
La razón para que proliferen los puentes flotantes en Seatlle es sencilla. La geología de la zona (glacial) y la distribución de población hace que se necesiten cruzar brazos de mar (inlets) y lagos muy profundos y con malas condiciones geológicas donde puentes convencionales no son viables o son extremadamente caros y donde no existe trafico marino/fluvial significativo (uno de los problemas de este tipo de puentes).
Otro sitio donde stos puentes son populares es en los Noruega y Suecia, donde la orografía y los problemas son similares.
Su uso se remonta mucho mas allá de la Edad Media. El emperador persa Dario usó un puente flotante, en realidad barcazas unidas unas a otras, para cruzar el estrecho del Bosforo 5 siglos antes de Cristo en la antigüedad se usaban bastante como cruces provisionales durante campañas militares.
¡Buen artículo Ángel! Me ha gustado y se descubre así lo que se lleva en Washington XD
¡Gracias Javi! Pues sí, ya hemos descubierto el misterio de Seattle. Eduardo lo deja la mar de claro en el siguiente comentario. Échale un vistazo. 😉